Fustigosos Burrocratas

En mi vida he visitado numerosas instituciones que para tramitar lo que sea dependen hasta la entraña mas inútil de la burocracia. Ejecutivos de medio pelo que fueron entrenados para firmar con rayas ininteligibles, timbrar hasta que sus manos se llenen de callos, y comunicarse solamente al punto de mugir lo estrictamente necesario. En lo personal me pasa que siento cierto temor a la burocracia, transpiro desde que estoy en la fila o en la espera del numerito que me ordena cuando pararme, y curiosamente, no es algo que me suceda a mi y solo a mi... hoy termine de convencerme y recopilando información empírica, descubrí que es un fenómeno masivo. Y se describe en algunas conductas naturales y que se entrevén fácilmente en una visita cualquiera a un antro burocrático:

1.- La espera
Ya sea en la fila o en la espera numérica esperamos impacientemente a que avance de una buena vez, pero mientras tanto, múltiples veces miramos y revisamos que nuestros papeles estén en orden o que tengamos la documentación que se nos pidió con anterioridad impulsiva y compulsivamente, y entramos en la psicosis de que nos pudiese reprender el ejecutivo por no tener lo que se nos solicito o por no tener en orden todos los papeles que trajimos.

2.-El tramitaje
Estando ya frente a frente con nuestro ejecutivo, nos sentimos tan apocados y timoratos frente a él que tratamos de darle en el gusto en todo y casi nos disculpamos por estarlo molestando, nuestras manos sudorosas le entregan temblorosamente los documentos requeridos mientras el ejecutivo nos mira con un desprecio inexcusable. Cada segundo que pasa mas nos incomoda el sudor y mas creemos que incomodamos al ejecutivo. Todo es mucho peor cuando nos toca con alguien del sexo opuesto o bien, de quien podríamos sentirnos sexualmente atraídos.

3.- Tramite aceptado
Una vez que Todos nuestros tramites han sido aceptados y hemos por fin sobrevivido al engorroso proceso, nos sentimos tan estimulados a dar las gracias que casi nos derretimos mirando al ejecutivo con cara de agradecimiento por todo lo que lo hemos molestado y nos vamos sigilosos pero veloces de su cubículo, escritorio u oficina, dependiendo del caso.

Evidentemente no todos reaccionamos igual ante la burocracia, muchos se lo toman con rencor, otros con risas nerviosas, otros con somnolencia... en fin, el asunto es que las conductas, independiente de los ánimos, es la misma... y es perfectamente entendible. Imagínense el antes de: sabemos que debemos ir, para empezar, a hacer una fila enorme compartiendo con gente fea y desconocida, a la que debemos soportar por largos minutos y, a veces, horas completas, sin emitir una sola palabra al respecto, pero, sabemos que nos incomodaríamos aun mas si esas mismas personas se atreviesen a dirigirnos la palabra. Luego debemos tener la certeza de que todo esta en perfectas condiciones, porque si no, debemos pasar por el mismo proceso nuevamente lo que nos perturbaría y enloquecería. También sabemos que en el buen animo del ejecutivo están nuestros bienes, nuestro dinero, nuestros cheques y , en el peor de los casos, nuestro futuro, por lo que sabemos que al menor gesto de desagrado el nos puede dejar fustigosamente en más engorrosos tramites y ventanillas y ejecutivos que enfrentar. Y, por ultimo, para la mayoría de nosotros el mundo de la burocracia es tan desconocido que nos cuesta mucho enfrentarnos a el, tal y como la muerte, cuando llega el momento la enfrentamos, pero muchos demoran en digerirla y comprenderla, y nos olvidamos de ella lo antes posible, al igual que la burocracia, además de que, nuevamente al igual que la muerte, la burocracia se nos acerca mas a medida que vamos envejeciendo. Lo único que me queda por decir al respecto es que, como consejo, tratemos de enfrentarnos con disimulada seguridad y amenazante prisa ante estos ejecutivos, pero a la vez, siempre esbozando una cínica sonrisa cosa de, además de simpatizar con el, logremos que nos sienta como personas importantes y los haga eficientemente, rápido como si fuere urgente y con la mejor de las disposiciones posible para alguien cuyos conocimientos se basan en timbrar hojas, sacar fotocopias e ir a consultar con otros ejecutivos sobre tal o cual cosa referida a su misma burocrática existencia.