MALA SUERTE Y DESGRACIAS INFESTARAN TU PATÉTICA ALMA POR TODA LA ETERNIDAD!!

Siempre cuando me preguntan en el trabajo ¿Qué te pasa?, yo contesto: nada. Bueno, hasta que me insisten y largo lo que me sucede en el momento. Generalmente doy indicio de alguna situación penca presente o bien solo me arrojo a contestar alguna estupidez. A la larga, sea como sea nunca obtendré de parte de ninguno algún buen consejo, ni menos palabras útiles para subir el ánimo. En fin, si bien la situación en sí misma no logra pasar mas allá de una seudo anécdota momentánea, si me queda dando vueltas en la cabeza la razón por la que esa gente se siente tan necesitada de preguntarme que te pasa. Auguro que, primero, no me siento nada a gusto en mi trabajo, puesto que en general, y esto pasa en todos los casos de trabajo (o al menos en la mayoría), uno converge con las personas de ahí solamente en la obligación de ocupar un mismo espacio o bien por la actividad de la empresa en sí misma, y muchas veces, es únicamente lo geográfico la razón de unión, y provoca que intercambiemos palabras, sepamos de la vida del otro etc., y segundo, yo odio todo lo que se relacione a “ser” un asalariado en todos los niveles posibles (o al menos que se me ocurren). Es por esto que, muchas veces, este tipo de situaciones me provoca una incomodidad horrible, y, además, me hacen sentir vulnerable y más transparente de lo que soy. ¿es que acaso se me nota tanto que me desagrada el lugar? . Bueno, pues lo pensé, y no. La evidencia de mis bajos ánimos en lo laboral no se relacionan con mi fobia al laburo, ni menos con la divergencia de caracteres de mis colegas, esta más bien relacionada con la poca “suerte” que tengo en esa área de mi vida. Para todo aquel que me conoce un poquitín, sabrá que en general siempre que intento abordar algún nuevo piso, o intento que las cosas resulten bien o, más aun, cuando oriento todas mis energías y tiempos en algún objetivo (laboral), nunca, nunca, nunca me funciona nada. Nunca me resulta cuando postulo a otro trabajo, cuando quiero cambiarme de lugar, cuando necesito más sueldo, cuando quiero ascender académicamente, etc. Nunca me resulta. Ni siquiera me he podido titular de la carrera. Ojo, que ya a estas alturas me he cuestionado ( y me han cuestionado) si acaso todos estos fracasos tienen que ver conmigo, digamos, con mi nivel personal en cuanto a mi desempeño laboral. Pues no es así, y daré tan solo un ejemplo (reciente por lo demás). Bueno, me ha costado mucho terminar mi carrera en muchos sentidos. Hace un año termine de escribir mi Tesis. Bueno, la revisión por parte de mis tutores se demoro, digamos, lo suficiente como para que, justo el día que había de entregarla, se tomasen la universidad y no pudiera entregarla sino hasta septiembre. Paso que de la toma se salió hace una semana, y solamente el jueves recién pasado (17 de noviembre), mi tesis fue supuestamente entregada a una comisión evaluadora, que tiene, a contar de que reciba mi Tesis, un mes para leerla y revisarla. El problema no es necesariamente que mi titulación se haya atrasado, sino que, debido a este atraso, quedo fuera de cualquier postulación a postgrados por encontrarme fuera de bases (no estar titulado, no tener ranking de egreso, no tener concentración de notas, etc.), y qué decir de becas y todo. Esta demás decir que ninguno de los eventos ocurridos son de mi responsabilidad propiamente tal, más bien escapan a cualquier acción que quisiese hacer para evitarlos. Bueno, y así las cosas, mientras tanto o al menos en el corto plazo, seguiré esperando a que las cosas mejoren. Ojo, en ese ámbito, mi vida personal es bastante buena =), y en cuanto estoy fuera del espacio laboral, lo paso bastante bien.

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